Me encanta imaginarte sentada entre mis brazos
Con el cabello al viento sonriendo en mi mirada
Me encanta sostener tus ojos con los míos
Haciendo del espacio una inmensa llamarada.
Tus brazos son dos garzas que cuelgan de la tarde
Mirándose pacificas sin miedo, sin temor
Se elevan se retuercen danzando al son del viento
Volviendo a levantarse dos pájaros de amor.
Tu voz dulce riachuelo de miel y de ternura
Atraviesa mi mente empapada de dulzor
Inunda las palabras que escribo con paciencia
Rozando mis facciones cargadas de emoción.
Tus ojos son hespérides fugaces, sedientas
Que cruzan el espacio camino al corazón
Son vuelo de gaviota volando a contraviento
Son luz, son brillo intenso que encienden la pasión.
Tu risa enciende el alma, como se fiesta tu rostro
Borrando de un soplido un augurio de tristeza
Derribando la pena que encarcela mi alma
Como rocío intenso que baña mi cabeza.
Tus pisadas la ruta obligada del alma
Que busca el buen sendero para poder vivir
Tus huellas el espacio donde cabe mi cuerpo
Son la cuna y el lecho para poder morir
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